LAS ESTACIONES CAUTIVAS. Lectura V

Las estaciones cautivas

“No dejes de leer hoy, la hoja de ruta que te impondrán mañana”

Javier de Pilar

 

En esta novela, un gran enigma se resuelve con movimientos sencillos y un ritmo calculado que engancha al lector.
SAB, un pequeño pueblo aplastado por el peso del futuro, encuentra en la tozudez de su alcalde la única defensa posible. Paula busca en sus calles un tesoro literario de valor incalculable y acaba enamorada de un pésimo poeta. Un agujero en la lluvia sirve de escenario a una terrible revelación: las cuatro estaciones tienen amo y los dones de Dios han dejado de ser gratuitos.
 

Lectura V

Personajes.-

Alcalde.- los grandes ojos negros de Néstor Cap de Vila desprendían nobleza animal, incapacidad para la mentira y obstinación; una combinación poco habitual en un político.
Máximo Garrigues, abogado y pésimo poeta, es un hombre muy atractivo y el mejor amigo del alcalde.  

Escena.-

Hablan el alcalde y su amigo Máximo Garrigues de la estrategia para defender el pueblo.
 
El alcalde ordenó las ideas que había estado madurando. Iba a revelar sus siguientes pasos y no quería que se le olvidase ningún detalle.
—Veréis, hasta ahora, hemos intentado no hacer ruido, pasar desapercibidos. Esa estrategia ha fracasado. He pensado emprender una ofensiva en sentido contrario: buscaré publicidad para nuestra causa. Voy a iniciar los trámites para solicitar el hermanamiento de nuestro pueblo con Nueva York.
—¿Nueva York? ¿Te has vuelto loco? -A Máximo Garrigues se le atragantó el cava- ¡¿Qué diantre tenemos en común con esa megaciudad?! Espera, espera, te lo digo yo. Nosotros tenemos cinco tiendas y tres restaurantes chinos, ellos un Chinatown en el que cabría SAB entero. Nosotros tenemos la pasarela amarilla sobre el Llobregat, ellos el Puente de Brooklyn. Ellos tienen a Woody Allen, nosotros no. Por cierto, el edificio más alto de este pueblo mide, ¿cuánto?, ¿veinticinco metros?
—Déjame terminar, tengo más propuestas. Voy a solicitar a la UNESCO que reconozca el centro histórico de SAB como patrimonio de la humanidad. Además, pienso pedir créditos a los bancos poniendo de garantía propiedades municipales. Si quieren comprarnos, les va a salir muy caro.